Cuando el albiceleste se volvió amarillo

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<Saludos entre capitanes: de amarillo, Pedro Dellacha (Argentina) saluda a Fritz Walter de blanco (Alemania)>

Por: Willy Nava / @WillyNavaG

Suecia fue el país sede del Mundial de futbol en 1958, este torneo es uno de los más recordados de la historia debido a que fue el primer evento de este deporte que fue transmitido por televisión, dando inicio a la expansión hacia los demás continentes.

La competencia marcó también el regreso de la selección argentina a una Copa del Mundo, después de 24 años de ausencia. El seleccionado sudamericano no formó parte del torneo en Francia 1938 ni durante los mundiales de la posguerra: Brasil 1950 ni Suiza 1954.

Aunque en Suecia la actuación albiceleste no cumplió con las expectativas pues fueron eliminados apenas en la primera ronda, este Mundial dejó una anécdota para la selección pampera dirigida en ese momento por Guillermo Stábile.

El 8 de junio de 1958 en el Estadio Malmö, en Suecia, se disputó el juego entre Argentina y Alemania Federal. Ambos equipos portaban camisetas con colores muy similares; blanca la de los alemanes, y azul con blanco la de los argentinos. Debido a la confusión que podría generar ello en el campo, el árbitro decidió que uno de los dos equipos debía cambiar el color de uniforme.

El problema ante esta situación fue que, curiosamente, ¡ninguna de las dos selecciones tenía camisetas alternas! con las cuales pudiera jugar el partido. La única solución que se encontró para resolver el aprieto fue utilizar la playera amarilla del IFK Malmö, modesto y pequeño equipo de la ciudad. Es decir, se usaría una camiseta de un club, para vestir a una selección y pudiera el partido jugar en ¡un Mundial!

Este hecho curioso e inesperado, marcó la historia de la escuadra argentina, pues fueron ellos quienes utilizaron el uniforme alterno y dejaron aquella fecha marcada en los anales del futbol como: el día que Argentina vistió de amarillo.

Al final, el partido fue para los germanos que derrotaron 2-1 a la escuadra sudamericana. Y aunque en Suecia, con los resultados obtenidos dentro del campo, Argentina no tiene gratos recuerdos; fuera de él, le regaló una anécdota histórica a su selección dentro de un Mundial pues el amarillo cambió, al menos por 90 minutos la playera de la eterna albiceleste.